La palabras Feng Shui, significan Agua y Viento.
El Feng Shui es una ancestral ciencia china centrada en el estudio de las líneas de energía. Según esta ciencia, a nuestro alrededor existen líneas de energía positiva y negativa, de modo que debemos distribuir con atención nuestro hogar para fortalecer las energías positivas y eliminar las negativas.
En el dormitorio es el espacio de sueño, de descanso, de reflexión, de la convivencia, y como no, de nuestra vida en pareja. Considerando que pasamos más de un tercio de nuestra vida en él, y que al dormir somos más vulnerables a las energías que nos rodean, debemos de prestarle mucha atención.
Un dormitorio con un buen Feng Shui nos ayuda a despertar más descansados, en paz, y con energía para emprender el nuevo día.
La CAMA es el elemento principal, y todo girará en torno a ella. No debemos ubicarla directamente enfrentada a la puerta del dormitorio, ni tampoco bajo una ventana, ya que proporciona un desgaste energético extra.
Tampoco debemos apoyar el cabecero sobre la pared que divide al baño del dormitorio.
En ningún momento hay que prescindir del cabecero, ya que esto provoca inestabilidad, agotamiento físico y emocional. Este deberá ser de madera o de algún material neutro, siendo desaconsejable el metal. Con la observación de que un cabecero alto y firme proporcionará estabilidad en la pareja. Además, una cama alta, nos ayuda a atraer el éxito y mejorar nuestra autoestima.
En cuanto a la ropa de cama, esta ha de ser de tonos lisos y cálidos, y con un tacto agradable. Nada de rayas ni estampados estridentes.
Elige el armario, cómoda y mesitas de esquinas redondeadas y diseño sencillo, evita los picos puntiagudos, ya que enturbian la armonía.
Ten siempre ordenado el interior del armario, y tira lo que ya no utilizas, y ganarás espacio para algo nuevo que te sea de utilidad. Lo que te gusta, te aportará energías negativas, además el orden te hará sentir a gusto contigo mism@.
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